viernes, 6 de abril de 2012

Es mi tesoro - Prólogo

  Se oye el repiqueteo de las gotas de lluvia. Una y otra vez, tímidas empapan la acera fría y nocturna que se ha tornado durante la noche. El aire gélido y misteriosamente anormal recorre las calles como si fuera un gran caballo al galope, y el silencio opaco tapona mis oídos.
  Vine aquí sólo por trabajo, nada más. No me esperaba esto, sabía que no era el mejor de todos, pero al fin y al cabo me pagaban. En esa bulliciosa ciudad descubrí algo que nadie de mi gente había experimentado jamás y por ello casi me condenan, pero aprendí algo que hacía que este tipo de cosas a mi alrededor no me afectaran.
  Porque la gente se mueve. Se mueve y grita, y empuja por llegar hasta el tren, y es maleducada, y competitiva. Siempre hacen lo mismo, pero siempre hacen cosas diferentes y cada uno de ellos por un motivo distinto. Lo que les unía era su cultura. Puede que no fuera la más limpia, ni la más pacífica, pero me hacía sentir que no estabamos completamente solos. Su lenguaje no era ni sencillo, ni práctico, aunque era lo más rico y variado, y flexible que había escuchado.
  Entonces ahora que estoy mirando desde lo alto, en el cielo, me siento en paz conmigo mismo porque encontré la vida, y mis hijos tendrán el privilegio de observarla. Este es ahora mi hogar, quiero a estas personas y quiero ayudarlas. Sé que pueden ser mejores de lo que están siendo en este mismo momento; y lo harán.

jueves, 5 de abril de 2012

En serio, ¿dónde narices están mis agujas de tejer?

  ¿Sabes qué? ¡Que le den por saco a eso de ser Dios! Todo el día creando leyes físicas estúpidas, ¿para qué? ¿Para que catorce mil millones de años después vengan átomos de carbono reordenados y me alaben? ¡No tiene sentido! Es la cosa más absurda que me ha pasado en toda mi miserable vida. Yo que sé, me esperaba una moto con cesta de picnic, o un llavero en forma de bolígrafo, pero es que esto lo supera. ¡Están completamente locos! Se matan entre ellos por questiones tan irrelevantes como quién creó el mundo. Es como si se pelearan por quién hace mejor las tostadas el Lunes, ¡y fíjate, no tengo ni idea de que es una tostada!
  El caso es que no deberían importarles nada de esto, pero se comportan como si supieran que alguien les espía mientras se duchan. Mi pregunta es: ¿Creen que soy un viciosillo? Quiero decir, nisiquiera son de mi misma especie, nisiquiera son de mi mismo universo, ¿creen en serio que soy un viejo verde con mente perversa? ¡Tengo mejores cosas que hacer! Como ir a una feria de bolillos, o ir a casa de Ben a comerle las judías... Ya sabes ese tipo cosas productivas e importantes que tengo que hacer.
  ¿En serio creen que si no son buenos les meteré en el horno con mis galletas de jengibre? ¿Cómo pueden pensar tal aberración? ¡Las galletas perderían su sabor! ¡Estarían asquerosas! ¡Pensad un poco, anda!
  ¿Algún día comprenderán lo que estoy diciendo? Claro que no, porque es mentira. Les quiero, les adoro, pero llegar hasta este punto es completamente absurdo. Porque no llegará el momento en el que les odie por ser tal y como son, por ser ellos mismos. Son un hecho interesante, se supone que no debería haber pasado esto. El experimento falló tan bien que desencadenó una reacción que provocaría la aparición de estos fantásticos seres. Seres estúpidos e ignorantes, pequeños pero grandes... No les culpo por ello.

jueves, 8 de marzo de 2012

Testimonio de 90 días

  Toda la vida imaginando con que esos deseos se cumplieran, y como tales sueños rotos cayeron a mis pies.
Ahora es cuando me he parado a pensar cuantos minutos he comido de mal manera, esperando a que un día alguien me recogiera y me llevara por los más fantásticos lugares.
  Me sentí orgullosa de mis distracciones y avergonzada de un pasado que no ocurrió, y por intentar olvidarlo, hice que mi futuro se transformase en lo que más aterraba.
  Deseé una eterna vida, y como eterna vida eterno se ha hecho el castigo. Ahora que mi tiempo se acaba, he sabido reconocer  lo triste que ha sido comprender todas esas cosas al final de mi historia y sabiendo que nunca jamás podré cambiarlo.
  Triste será porque supiera las cosas maravillosas y los más secretos guardados que hay, estuvieron a mi alcance de las pocas personas que fui, negándome en rotundo al descubrir lo insignificantes que somos las personas ante el mundo.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Coge si quieres mi generador de gravedad porque yo sólo quiero no sentirme solo.

  Alrededor de una enana amarilla a 1,09 unidades astronómicas de distancia, un pequeño planeta orbita su estrella. Tiene inmensos mares de un color azul verdoso, donde las olas se mecen al ritmo en el que las nubes se desplazan. Las luces de la noche, se agarran a un costado del planeta y desaparecen al amencer. Los cielos de un color celeste, se cubren de nubes densas, grises y esponjosas que se descargan en un sin fin de tonos en presencia del sol.
  En las hojas de los vegetales y hasta en la roca de cal, la vida se cuela entre sus grietas. Se nutren, se relacionan, se reproducen...
  Una manada de animales pacen sobre la azulada hierba mientras sus pastores alzan sus miradas al cielo. Millones de estrellas brillan sobre el lienzo del universo. Entonces ellos se preguntan si alguien más allá, a lo lejos, se está preguntando lo mismo. Estas les responden enviando a un gran cometa que despide una larga cola roja. Se sienten felices, mientras se adormecen en el idílico campo.
  Por aquel entonces, los hombres se lanzaron al universo para vivir aventuras y descubrir sus secretos. Tocaron las estrellas y no pudieron soltarlas, ondulando entre las nebulosas, fábricas de vida y soles.
  Asi que se acercan al pequeño mundo y se sienten orgullosos porque ahora saben que no están solos.

lunes, 5 de marzo de 2012

¡Me apuesto diez pavos a que puedo cambiar el mundo! - Palabrarerías sentimendaloides

¡Es frustrante! Todo lo que digo o hago se vuelve contra mí tarde o temprano. Necesito una inspiración, una fuerza por la cual merezca emborronar las próximas setecientas lineas de este cuaderno, un impulso que me obligue a pasar una noche en vela para escribir una novela de doscientas cincuenta páginas, o la razón para llenar folios y folios de bocetos.
Quiero que la vida me regale momentos para saciar mi aburrimiento y para disfrutar de ellos en el futuro, recordándolos. Porque no es tan simple, no te levantas de la cama sabiendo que te volverás a acostar dentro de unas dieciseis horas. Cada minuto y cada segundo del año puede cambiarte. Y si pierdes tu valioso tiempo, si el contador de la vida llega a cero, no tendrás una nueva oportunidad. Habrás muerto.

sábado, 3 de marzo de 2012

El último cuento de Buenas Noches

  ¡Eh! Mírame. No te duermas, pequeño. Las muerte acecha, soy viejo. El frío te abraza y te confunde, produciéndote alucinaciones. Estarás bien, estás aquí conmigo ¿no? Yo te salvaré, llegaremos a casa y te daré una taza de té con esas pastas que tanto te gustan ¿No te gustan las pastas? Claro que sí, campeón. Ahora aguanta y no cierres los ojos, que ya llegamos ¿Te cuento una historia? Bueno, vale. Pero tú mientras mueve el dedo ¿de acuerdo? Je, haber ¿conoces el cuento de Heisenlerd? Por supuesto que no, porque es una historia que sólo yo se, es del lugar de donde vengo.
  Se dice que, en las púas de Heisenlerd, había dos hombres que peleaban. Nunca se supo bien por qué pero, se conocían desde pequeños. Dos amigos luchando entre sí sin razón aparente ¿Que por qué? Es lo que se hace siempre ¿no? Hacer cosas sin sentido, como sonreir tontamente cuando nos quedamos pasmados frente a la pared, o como cuando nos vamos sin apagar la luz del baño y después nos damos contra el marco de la puerta. Ja, ja, ja ¿Nunca te pasó eso? ¡Eh! No dejes de mover el dedo, chico.
  Bueno, el caso es que hubo una pelea tremenda, el cielo negro escupía rayos y la hierba erizada por el ambiente, pichaba la piel. Los hombres se golpeaban y salía sangre de sus heridas entumecidas por el frío. Cuando quedaron exhaustos y tirados sobre el suelo, casi sin respiración, sonrieron. ¡Sonrieron! Y la luz temerosa salió de las nubes, pudiéndose ver con claridad como se reían a carcajadas. ...
   Eh, chaval. No te duermas. Chico, no cierres los ojos, por el amor de Dios ¡Eh! *Snif* No puedes irte, eres un niño muy joven... Tienes vida por delante, golosinas que engullir, libros que leer, una hipoteca que pagar... No debes marcharte. Claro que no, ven conmigo, abrázame fuerte. Venga que ya llegamos, no te dejaré, en serio que no te dejaré.
  Tu mamá te dirá lo mucho que te quiere, por que vivirás, comerás pastas y les darás besos y le contarás cosas. ¡No, no, no! No puede ser... ¡Despierta! Despiértate...

domingo, 19 de febrero de 2012

Un viejo con una cachaba - ¿Me vas a decir tú lo que hay?

 Le tengo una grandísima envidia. Sabiendo que el acaba de empezar y que le queda tanto por vivir... Son sentimientos y sensaciones nuevas, es el cosquilleo de bajar por la montaña rusa y el afán por conocer sabores desconcidos. Él tiene cosas que aprender y sueños por cumplir. La ilusión le corre por las venas y el corre para descubrir el mundo. Porque lo joven nunca se cansa, hasta cuando se hace viejo. Más aburrido y pesado, cansado por sus juguetes, cansado de huir. En su cuerpo estarán dibujadas sus hazañas y en sus memorias las personas que conoció, son ojos antiguos que han visto al mundo girar.
 Estoy celoso porque él entra y yo salgo, y nunca volveré a sorprenderme ni sonreiré tanto como lo hice por vez primera. Ojalá lo disfrute tanto como yo lo he aprovechado, porque verdaderamente es una de esas cosas que solo se viven una vez.